Santiago es una ciudad que alberga un gran número de órdenes religiosas en su trama urbana. Este tipo de inmuebles (conventos y monasterios) se encuentran en un proceso de obsolescencia por responder a lógicas pasadas por dos razones: su incongruencia urbana, la cual los convierte en claustros al interior de la ciudad y su obsolescencia programática en relación con el tamaño del inmueble, producto de las bajas vocaciones religiosas.
El caso escogido para abordar esta problemática es el Monasterio de Las Agustinas. La característica que le da valor a este inmueble, además de su estilo neorrománico alemán, es su tipología, la cual se resuelve en una serie de patios rodeados por corredores continuos. Dicha tipología presenta una gran oportunidad de reintegración urbana y programática para su contexto.
El objetivo del proyecto es abrir la manzana hacia la ciudad, la cual alberga un inmueble sumamente hermético que, dado su diseño inicial no busca ser parte de un contexto urbano en constante transformación. Por un lado se va a salvaguardar el sector neorrománico Alemán del monasterio junto con la iglesia, que a la vez va a conservar su programa original, considerando que aún sigue funcionando con un bajo número de religiosas pese a su inminente obsolescencia. El resto del monasterio, construido en adobe, se modifica en función de respetar y/o potenciar la tipología del inmueble. El desafío será el cómo la tipología de claustro se logra integrar a la trama urbana existente.
La operación principal para abrir la manzana, es la integración de dos nuevos volúmenes corredores semi exteriores ubicados en puntos estratégicos de accesibilidad, ambos tomando forma gracias a la tipología del inmueble. Estos cumplirán el rol de conectores del exterior urbano con el interior de claustro. La nueva circulación continua que atraviesa el proyecto irá rodeando una serie de núcleos programáticos de carácter público ubicados al interior del sector remodelado del monasterio.